«En un mundo de producción dislocalizada en serie, Anna Albert recupera dos valores esenciales en su propuesta creativa. Por un lado, reivindica la dignidad y el orgullo de la obra artesanal, entendiéndose como un trabajo que proporciona piezas únicas e irrepetibles. Por otro, proyecta un sentido lírico que da calidad poética a cada una de sus piezas. De ahí que la seda se convierta en un material esencial, ya que su delicada textura y su ductilidad aportan los elementos necesarios para hacer un trabajo y una personalidad únicos. «

Anna ha hecho de su profesión una forma de vida. El contacto del pincel con la seda es su meditación particular. Trabaja haciendo lo que le gusta y con pasión, perseverancia y seguridad. Parece normal, pero no es muy frecuente. No conozco a mucha gente que se atreva a trabajar simplemente haciendo lo que realmente les gusta. La admiro mucho. El resultado es extraordinario, en el sentido más verdadero de la palabra, más allá de lo común. Obras muy especiales, con un toque muy personal, que a lo largo de los años he llegado a reconocer desde lejos. Las reconozco y, sin embargo, cuando pienso en ello, veo la evolución de su estilo, cambios, nuevas texturas, experimentación con nuevos temas, nuevas piezas, posibilidades: fulards, abanicos, bolsos, pendientes, collares, flores, poemas. Una lista muy larga. La cuestión (dice ella), es seguir experimentando. Y pronto nos volverá a sorprender Anna és una enamorada del modernismo. Por eso y por la calidad de su obra, se ha hecho un lugar en las tiendas de muchos de los museos más visitados. Sus obras se pueden encontrar en espacios tan diversos como el Museo de Arte de Catalunya, la tienda de la Casa Batlló, el Palau de la Música, por citar solamente unos cuantos. Se ha hecho un espacio reconocido propio en este sector. Llevo pañuelos y otras piezas de Anna desde hace una cantidad tremenda de años. Me parece que los tengo desde hace más de 20 años Son un regalo de tiempo, dedicación y de sensibilidad. Siempre que los llevo siento que recibo lo mejor de ella. Y lo noto, se transmite a mi alrededor.

Pensar en las obras de Anna Albert, es pensar con color, alegría y armonía. Todas sus piezas, ya sean abanicos, pañuelos, bolsos, collares, estan cargados de vida. El gran gusto a la hora de elaborar una pieza, y el gran conocimiento de la técnica, dan como resultado unos excelentes productos que están al alcance de los clientes más exigentes y con la sensibilidad necesaria para apreciar una pieza pintada a mano con tanta delicadeza y sentido del color y de las formas.

Para mi suerte, he tenido la oportunidad de seguir bien de cerca toda la trayectoria profesional de Anna, desde sus inicios, y he podido observar como su pasión por crear es el eje transversal de su vida.

Vivo en El Masnou desde hace más de 15 años y su taller, también ubicado en esta población, ha sido un punto de encuentro para observar su evolución como artesana y artista, también como persona.

He lucido y luzco pañuelos, bolsos, camisetas y también los he regalado. Puedo decir que todas sus piezas están elaboradas artesanalmente y una vez puestas, se transforman, por su belleza y sus colores, en obras de arte que emanan la pasión de la autora.

Anna es una persona poliédrica, y como tal, evoca su arte en diversas facetas de la moda y del arte: abanicos, bolsos, cuadros, pañuelos, joyas, pendientes, rosas con poesía…donde el gusto por la belleza y la exquisitez son la esencia de cada obra, una pieza única e irrepetible. Al mismo tiempo, tiene la gran sensibillidad de incorporar, en algunas piezas, elementos del patrimonio artístico catalán, cosa que fusiona , una vez más artesanía y arte en sus piezas.